28/10/2013 por Fernando Alcina
Cuando las cosas no salen como deseamos nos topamos con sensaciones desagradables y, lamentablemente, solemos buscar culpables de nuestro desagrado en el exterior olvidando que lo hemos generado de piel para adentro. Podemos enfadarnos con nuestra pareja en lugar de asumir que tenemos un problema de celos u odiar a nuestro jefe sin preguntarnos qué nos sucede frente a la autoridad. Debido a que no podemos modificar a los demás para que se comporten como mejor nos viene nuestro malestar puede ser perpetuo si no buscamos la solución mirándonos a nosotros mismos.