Publicado el 12/07/2012 por Paulina Ramírez
Cómo lidiar con ciertas emociones es un blog que expone cómo entendemos en Terapia Gestalt que sería sano gestionar nuestras emociones y así avanzar hacia una forma más íntegral y sana de vivir las relaciones con otras personas y con nosotros mismos.
Este blog está dividido en cinco partes que tienen como hilo conductor las emociones, pero que en cada entrada se habla de una diferente. El primer capítulo es: ¿ Por qué la rabia es tan inadecuada?, el segundo: Las distintas caras de la tristeza, el tercero: La mala fama del miedo, el cuarto: La falsa insoportabilidad al dolor y el quinto: la adicción a la alegría.

Identificar y responsabilizarnos de nuestra rabia
Identificar y hacernos cargo de cómo expresamos lo que sentimos es parte del camino de sanación de esta emoción. La rabia es inadecuada, le incomoda a los demás y a nosotros mismos, pero nos enfadamos a diario. ¿A dónde se va una emoción que tildamos de inadecuada?
Desde niños nuestros padres nos dicen que si no accedemos de buena gana a los requerimientos de los demás, sin hacer pataletas o berrinches no nos va a querer nadie. Nos inculcan que el descontento que sentimos o el malestar con algunas situaciones o personas, se lleva mejor si dejamos pasar el tiempo y nosotros tragamos nuestra rabia porque así lo quiere todo el mundo. ¡ Pues yo digo BASTA !

Validar lo que sentimos: ¡Indignaos!
Hacemos una extraña ecuación entre lo que sentimos y cómo lo expresamos. Lo que sentimos es válido en la medida en que entendemos que somos nosotros mismos los que generamos la rabia. Esa es la primera parte de la ecuación, la segunda – y es ahí donde radica el mayor problema – es que hacemos responsables a los demás de nuestras emociones y evitamos las consecuencias. Mi reacción rabiosa a una conducta o una situación es MI reacción, yo la genero y no por eso es menos válida, por el contrario, tiene toda la validez del mundo. Ahora bien, ese enfado tiene sus consecuencias que, por un lado es afrontar un conflicto y por otro lado, dar curso a un ciclo emocional abierto que se cerrará en cuanto valide lo que siento, en este caso, la rabia.
Expresar la rabia
En palabras de mi compañero de trabajo en Qualia y psicólogo Vicente J. Martínez, la rabia mal gestionada se transforma en ira, odio y cólera, y eso es lo que hace daño. El expresar lo que sentimos no es un derecho, es un deber del cual nos hace mucha falta responsabilizarnos. “Me he enfadado con lo que me has dicho” es muy diferente a decir “tú tienes la culpa de que yo esté enfada”. El tomar consciencia de que mi enfado es mío me ayuda a integrar una emoción a la que no estoy prestando mucha atención porque aprendí que era “negativa”. Tras darnos cuenta de eso, damos paso a lo que hay detrás de la rabia: generalmente una necesidad no satisfecha. Es por eso que cuando nos hacemos responsables de nuestra rabia, de fondo escuchamos a una herida desatendida.
Reseña
Naranjo C., (2007). El eneagrama de la sociedad. Males del mundo, males del alma. Vitoria-Gasteiz: La llave.