Publicado el 26/03/2012 por Paulina Ramírez
Durante el fin de semana de 16 al 19 de Marzo tuve la oportunidad de participar -en calidad de observadora- en el taller Patrones de Relaciones de Luis Fernando Cámara, médico y psicoterapeuta, y Noelia Ruiz profesora certificada de “Los 5 Ritmos” de Gabrielle Roth y bailarina “de nacimiento”. Dicho taller es parte del Nivel Básico de la Formación en Terapia Gestalt que imparte Qualia en Granada. Fue una experiencia intensa y nutritiva de la que salí con la sensación de haber encontrado un camino más sano para relacionarme con los demás.

¿Qué es un patrón relacional?
Un patrón de relación es un aprendizaje antiguo, que tenemos en nuestra infancia . Montamos esta estrategia para que nos quisieran y nos cuidaran nuestros padres. En la infancia construir un patrón es una cuestión de sobrevivencia, si no nos cuidan, morimos. Tal aprendizaje queda grabado en nuestro organismo y ahora, de adultos, los ejecutamos automáticamente en situaciones que nos recuerdan nuestra niñez.
Para ejemplificar esta definición expondré el caso de un paciente al que llamaré Joaquín. En su infancia, Joaquín, estuvo expuesto a escenas o situaciones de agresividad familiar, con un padre muy estricto y una madre sometida. Frente a esta situación, Joaquín desarrolló un patrón relacional que le quedó grabado y que sale automáticamente en situaciones de agresividad. Ahora, de adulto, cuando Joaquín detecta la más mínima o lejana posibilidad de agresividad, repite ese patrón y eso le hace sufrir corporal y emocionalmente. La estrategia desarrollada por Joaquín es anestesiarse y eso le permite dejar de escuchar y de sentir el miedo que le provocaba cuando era niño ver escenas agresivas entre sus padres. Además de no escuchar, se tensa muscularmente hasta causarse problemas de contractura en la espalda y piensa en cualquier cosa que le “saque” de la situación, como planificar lo que debe hacer por la tarde o recordar una escena del día anterior. Joaquín se evade -se anestesia- hasta que la tormenta pasa. Tal reacción automática, le impide tomar consciencia de lo que siente y sentir su cuerpo para que saque ese miedo -tiemble, que es la forma en que se libera naturalmente la energía relacionada con el miedo-. El pensamiento que desata toda esta cascada de reacciones una vez activado el patrón es si me quedo inmóvil, mi padre no me verá, y bien sabe Joaquín que el que no lo viera su padre lo salvó de muchas palizas. Y con esto vuelvo a la idea del comienzo: el patrón nace para nuestra sobrevivencia.
Un patrón relacional es un esquema que tenemos todos grabados de forma muy fuerte y se forma especialmente en la infancia, pero también se puede formar adulto tras experiencias traumáticas y funciona de la forma ya mencionada.

¿Cómo se trabaja un patrón?
Voy a tratar de transmitir la lucidez, respeto y cariño con que vi trabajar Luis Fernando Cámara. Para él lo más importante de este taller es que el alumno tome consciencia de algún patrón en concreto con el que se relaciona y salga habiendo vislumbrado alguna alternativa posible.
Si volvemos al ejemplo anterior de Joaquín, lo más importante sería que contactara con su patrón de anestesia y que pudiera ver otra posible reacción. Cuando digo ver, no me refiero sólo a una cuestión cognitiva, sino también, a un trabajo corporal y emocional intenso. Para Joaquín trabajar con su patrón de relación implicaría: identificar una forma de relacionarse con la gente -en este caso, anestesiarse-, dejar a su mente viajar a partir del patrón elegido trayéndole escenas relacionadas en el tiempo -buscar escenas de su vida actual, su adolescencia y su niñez-. Junto con eso, darle curso a su miedo a situaciones agresivas -temblar, quizás llorar-. En definitiva, viajar corporal, emocional y cognitivamente hacia la construcción del patrón, atravesando años hacia atrás, resistencias, bloqueos, miedos y vergüenzas. Obviamente es una tarea que no se concluye en los tres días del taller, pero se aprende la técnica y una vez aprendida, da pie a que el alumno continúe trabajando en compañía de su terapeuta, o de sus compañeros, o de personas de su confianza.
¿Se puede cambiar un patrón de relación?
En un lugar seguro y habiendo atravesado la tempestad con la que Joaquín evita al anestesiarse, es muy posible que consiga una nueva forma de enfrentar situaciones o personas agresivas sin que esto implique hacerse el daño que el patrón escogido le está haciendo.
Pero el patrón es un esquema que se graba con fuerza en nuestro organismo y no se rompe con un sólo “ensayo”, se debe poner en práctica muchas veces para que la conducta alternativa tome fuerza y , a su vez, se deje de reforzar el patrón establecido en la infancia. Es un camino de sanación viable, un desaprendizaje necesario para nuestra salud y que nos hará sentir mejor.
Agradecimientos
Sin el interés de Qualia por divulgar, con maestros de excelencia, la Terapia Gestalt yo no tendría la oportunidad de aprender de los mejores.
Gracias a Luis Fernando y a Noelia, por su entrega, su profesionalidad y su generosidad con lo que saben. También agradecer a mis compañeros por su cercanía y atención.
Para terminar, me siento inmensamente agradecida del trabajo y la confianza de los alumnos, que confrontaron sus patrones con una valentía, lucidez e impecabilidad asombrosa.