Introducción
Dependiendo del paradigma psicológico en el que estemos situados, el trato a lo transpersonal puede adquirir un matiz más o menos patológico. La controversia no parte desde lo transpersonal en sí mismo, sino desde el lugar del cual es mirado. De esta forma, una conciencia trascendente o una experiencia mística, pueden ser tratados como regresiones patológicas del ego o regresiones neuróticas a la unión con pecho.
Desde la Terapia Gestalt tenemos una visión Humanista y Filosófica de este tema, de esta forma, lo transpersonal se vuelve una investigación subjetiva enfocada con responsabilidad individual, conciencia y autenticidad, que va más allá de los límites de la Psicología tradicional
El desarrollo de la conciencia es un proceso de renuncia
a las identificaciones exclusivas, estrechas y parciales
para ir descubriendo otras más amplias y globales mediante el desapego
Paco Peñarrubia
Lo transpersonal de la Gestalt
¿Por qué se llama transpersonal a su terapia?
Porque trasciende a la persona.
Enseña a mirar hacia arriba, a las cosas grandes, y a valorar la vida como un tesoro.
Sus pilares son la veracidad –descubrir la verdad de uno mismo–, el coraje –tener el valor de decir lo que hay– y la libertad para salir de condicionamientos y automatismos y apostar por lo que quieres.
(Claudio Naranjo, Revista Muy Interesante, Entrevista: Así te sana la mente la Terapia Gestalt)
La Gestalt Transpersonal es un Método de Investigación de las experiencias humanas que afectan a la conciencia. Dicho impacto en la conciencia cobra el adjetivo de trascendente porque va más allá de lo que conocemos de nosotros mismos. En mi blog anterior, "Crisis: Una visión gestáltica del crecimiento personal", señalaba que el ser humano es sensible a su propia evolución y que, por lo tanto, lo natural en él es trascender. De esta forma, lo que hacemos en Terapia Gestalt cuando utilizamos este método es acompañar un movimiento humano innato, pero poniendo consciencia y autenticidad en el proceso.
El acto espiritual de lo transpersonal está presente en el hecho de tomar atención a lo cotidiano, a lo que está ocurriendo, no a lo que debería estar sucediendo, tanto dentro como fuera de nosotros. Este sólo hecho sustituye la fantasía y a los automatismos para dar paso a un nivel de consciencia más profundo. Sin ello, sin “limpiarnos de condicionamientos”, no podemos trascender. Por eso es tan importante el autoconocimiento, porque es la única forma de ver lo que nos impide crecer.
Si el autoconocimiento es el primer paso, el segundo sería la integración de las polaridades más allá de los dualismos presentes en el psicoanálisis (psiquis-cuerpo), para dar paso a una Súper - Visión de nosotros mismos. Ser testigos, más que controladores, de lo que sentimos, pensamos y hacemos, con el fin de observarnos con una mirada que ponga más el acento en dar luz que en reprimir lo que no nos gusta del otro y de mi.
La consecuencia de mirarme con ojos comprensivos, conscientes y responsables de lo que me está impidiendo crecer, es que me hago cargo de mis mecanismos neuróticos y dejo de proyectar mi enfado, frustración e inmadurez a las personas que me rodean y que, por lo general, son a las que más quiero y más me quieren. También dejo de exigirles que me hagan la vida más cómoda. Esto limpia el vínculo y me permite trascender a un nivel de contacto humano en donde el desapego a mi forma dañina de relacionarme conmigo y con el resto, se transforma en bienestar y algunas veces en felicidad.
Si lo transpersonal no acontece en lo cotidiano, no hay forma de trascender al ego.
Paulina Ramírez
Reseñas
- Peñarrubia, F. 2006.“Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil”. Madrid. Alianza Editorial.
- Maslow, Capra, Dass, art, Wilber, Coleman, Grof y otros. 1982. Más allá del ego. Textos de psicología transpersonal. Roger Walsh & Frances Vaughan (1980), Editorial Kairós, S.A. (1982)