Publicado el 29/04/2013 por Paulina Ramírez

Este blog está dividido en ocho partes: I Las diosas que nos rondan, II Artemisa, III Atenea, IV Hestia, V Hera, VI Deméter, VII Perséfone y VIII Afrodita. Cada blog hablará de una diosa y cada diosa hablará de una parte de nosotras mismas.
"Las diosas de cada mujer" es un libro que llegó a mis manos porque la diosa de una mujer maravillosa le dijo que me lo regalara. Este libro me ha abierto un mundo y me ha hecho ponerle tierra y piel a cosas mías que estaban flotando en el aire. Si la vida funciona como una cadena de favores y detalles, desde el eslabón que este regalo ha construído en mí, yo tejo otro y lo convierto en este blog.
Deseo de conocer y de ser conocida
Las mujeres que tengan activa a Afrodita sienten el impulso de conocer al otro y de ser conocida. Este deseo puede o no llevar al contacto sexual, pero lo importante es que es momentáneo. Su atención no es permanente, pero sí receptiva. Al parecer eso es lo que seduce; su forma de prestar atención en el contacto con otro, pues "bajo la luz de la consciencia de Afrodita, todo se vuelve fascinante". Todas las mujeres experimentamos a Afrodita cuando nos enamoramos, o cuando nos sentimos transformadas, o cuando creamos. Si somos capaces de embellecer con nuestra atención algo que estaba olvidado, es que estamos dejándonos llevar por esta diosa. Creación y procreación en todas sus formas y matices, tanto en una obra de arte como en dar a luz un hijo, tanto en hacer el amor como en el orgasmo: la respuesta más instinta a nuestra sexualidad.
Cuando el aquí y el ahora nos tiraniza
Las mujeres que tienen muy activa a esta diosa tienden a vivir en el presente inmediato tomando la vida como si no existiera más que la experiencia sensorial. Se dejan llevar por algo que ocupa su atención y se olvidan de todo lo demás. Muchas relaciones se resienten porque olvidan los compromisos previamente adquiridos y aunque comprenda y tome la responsabilidad sobre lo que promete, una mujer Afrodita siempre va priorizar cuestiones emocionales por sobre las prácticas.
Amar a imperfectos: el impulso de la sexualidad

El patrón arquetípico de Afrodita es enamorarse fácilmente, sentir atracción erótica y poseer un fuerte impulso sexual. La transformación viene dada por la toma de consciencia del daño que pueden llegar a hacer a los demás. No son conscientes de lo que provocan en los demás ni cuando les prestan toda su atención, ni cuando los abandonan por otra cosa que ha llamado su interés. Una vez que se dan cuenta de ello, por lo general optan por alejarse de los relaciones momentáneas y descubrir las dimensiones humanas del amor. El paso fundamental de dicha transformación para estas mujeres es saber cómo contener a Afrodita y cuándo y con quién dejar que el patrón se desenvuelva sin destructividad.
Afrodita y Gestalt
Cuando Jean Shinoda describe La consciencia Afrodita, comparándola con la luz de candilejas y se refiere a ella como a una cualidad propia de esta diosa, centrada y receptiva, a mí me recuerda mucho a la Escucha Gestáltica. Una consciencia cercana , capaz de centrarse en el paciente y en el terapeuta al mismo tiempo, con mente y cuerpo comprometidos. Simultáneamente, se activa una consciencia lejana, que toma distancia, que sobrevuela, sin perder de vista algún grado de objetividad. La consciencia Afrodita posee esa cuota de implicación y consciencia tan necesaria en psicoterapia en particular y en el contacto con los otros en general.
Reseña
Shinoda J.,(2011). Las diosas de cada mujer. Barcelona: Kairós