Publicado el 15/09/2014 por Vicente J. Martínez
Transferencia y Contratransferencia
Dos conceptos que nacen del Psicoanálisis en una de las etapas de desarrollo que ésta disciplina ha ido experimentando a lo largo de su historia. Por comentarlo de un modo extremadamente resumido, ocurre que cuando se llega a un punto nuclear y conflictivo para el paciente, Freud se da cuenta de que éste reproduce en sesión las resistencias y modus operandis asociados al conflicto, desplazándolo hacia la figura del analista a pesar de no tener que ver con él.
Josefina Hernández, en su Tesina Transferencia y Contratransferencia en Psicoanálisis y en Terapia Gestalt, define la Transferencia como; aquellos impulsos, sentimientos y deseos reprimidos, necesidades, fantasías, actitudes, defensas, estereotipos de relación, que el paciente evoca y repite en el presente con su analista y la Contratransferencia como; toda reacción emocional que se moviliza en el analista en relación a la persona del paciente en la situación analítica. Es decir, toda respuesta afectiva, impulsos, sentimientos, estereotipos o modelos relacionales, fantasías, etc. que siente el terapeuta al entrar en contacto con el paciente. Ambos fenómenos merman la relación Analista - Paciente pues no se establece un contacto real y genuino entre ambos, sino que la relación se establece en base a estas evocaciones, y no en resonancia a la personalidad real entre ambos.
La labor fundamental del Psicoanálisis por entonces, sería centrarse en la Transferencia y a raíz de ella poder interpretar las resistencias y los impulsos inhibidos del Paciente, haciendo consciente lo inconsciente. De este modo se facilitaría la integración de la personalidad y la salud psíquica. La Contratransferencia quedaba más para el Analista.
El proceder en Terapia Gestalt
La Terapia Gestalt trata de la observación fenomenológica del presente a través del continuo de conciencia, utilizando para ello el apoyo y la confrontación adecuada, así como promoviendo experimentos que den lugar a experiencias en las que explorar, expresar y asimilar. De este modo se permite y facilita el contacto con la realidad del momento presente. La necesidad del Aquí y Ahora emerge como figura y entonces tenemos la oportunidad de hacernos cargo de ella y satisfacerla. La Gestalt inconclusa se cierra y cae al fondo del campo figura-fondo, a la espera de otra nueva Gestalt inconclusa. Esto es lo que Perls llamaba regulación organísmica.
Este pequeño fragmento nos explica de forma clara y muy significativa que es la autoregulación organísmica y la importancia de "fiarnos de nosotros mismos", de boca de uno de los representantes más importantes de la Terapia Gestalt de nuestro país, Pedro de Casso:
Pedro de Casso en la conferencia "¿Qué es y qué no es la Terapia Gestalt? que ofreció
en Qualia en 2012.
Uno de los pilares fundamentales que hacen que esto sea posible es el acento en la relación Yo - Tú, una relación construida en el Aquí y Ahora del encuadre terapéutico y sobre la que oscilará todo el devenir terapéutico. Desde esta perspectiva, Terapeuta y Paciente son dos partes activas en la construcción y evolución de dicha relación, aunque con status, recorridos y papeles diferentes, y donde el crecimiento no ocurre tanto por la labor del terapeuta, sino como fruto de la relación construida.
Mientras que en Psicoanálisis, como veíamos más arriba, la labor se centra en “descifrar la transferencia” en la Gestalt tanto la Transferencia como la Contratransferencia cobran unos matices diferentes y son utilizadas, como digo, para la construcción de una relación real y genuina entre dos personalidades diferentes. Veamos esto.
Proyecciones y responsabilidad
En Gestalt, lo que el paciente mueve al terapeuta (contratransferencia) es utilizado del tal modo que le sirva a aquél para percatarse de su momento presente, lo que obliga al terapeuta a estar conectado consigo mismo, y poder diferenciar cuánto es suyo y cuanto es del paciente para que la contaminación sea lo menos posible, caldo de cultivo para que la relación sea genuina.
Sin embargo, en Gestalt no se habla de Transferencia o de Contratransferencia, sino de Proyecciones, de tal modo que en el Aquí y Ahora, el paciente proyecta en su terapeuta aquellas partes alienadas de su personalidad y reacciona en función de las mismas. Se proyectan sentimientos, intenciones, modos de proceder, esquemas mentales, etc. es decir, se proyecta la propia neurosis, la cual se va actualizando constantemente en el Aquí y Ahora. El camino hacia la salud en este caso pasaría por la reapropiación y responsabilidad de lo proyectado, consiguiendo así una personalidad más completa e integrada. Esto ocurre en doble dirección, del Paciente hacia y Terapeuta y viceversa, viéndose ambos implicados en el camino de la responsabilidad y del crecimiento. Por lo tanto y desde este punto de vista, no es tanto que el paciente transfiere al terapeuta su conflicto, o trata a éste como papá o mamá o cualquier otra figura de autoridad de la infancia, sino que proyecta en él partes alienadas de su personalidad, y el terapeuta sobre el paciente claro está, y en la reapropiación y responsabilidad de estas proyecciones anda el juego, el crecimiento. Modos de vista diferentes que invitan al debate.
Reseñas
Peñarrubia F., (1999). Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil. Madrid: Alianza Editorial.
Hernández J., (2005). Tesina; Transferencia y Contratransferencia en Psicoanálisis y en Terapia Gestalt. A.E.T.G.
Vázquez C., (2006). La relación terapéutica en la sesión individual. Jornadas de Terapia Gestalt.